lunes, 4 de agosto de 2014

Filemamanía o el deseo por besar



Al deseo intenso de besar los científicos lo llaman filemamanía. Cuando los labios se tocan, si hay conexión emocional y atracción física, el alud de procesos químicos que se desata en el organismo es capaz de provocar una auténtica conmoción.

Conforme la intensidad aumenta, corren olas de dopamina, un neurotransmisor que actúa en el cerebro diseminando sensación de bienestar y de ansiedad por estar con la persona; además de la testosterona, hormona ligada al deseo sexual; las glándulas adrenales, por su parte, segregan adrenalina y noradrenalina, que elevan la presión arterial y la frecuencia cardiaca, hasta 150 pulsaciones por minuto: todo un coctel que podría ser comparable a una sobredosis de anfetaminas.

Pero ahí no termina todo. En la saliva, unas dos millones de bacterias y 40,000 microorganismos se intercambian bajo esa sensación de placer, la gran mayoría inofensivos; se drenan las células muertas y las bacterias, por eso mejora el aliento. Un 60% del beso es agua, 0.7% grasa, 0.4% sal, 0.7% proteínas. Quince calorías se queman en tres minutos mientras los labios se mantienen unidos y al coctel se ha sumado la oxitocina, una hormona que te hace sentir 'flotar' y un fuerte apego hacia el otro; y fluyen endorfinas por la sangre diseminando felicidad. No hay depresión y el sistema inmunitario se fortalece.

Las bocas están unidas. Los labios se han dilatado por la sangre, están teñidos de rojo, y brillan con la saliva; la pasión ha activado 34 músculos de la cara. También se está intercambiando información: temperatura, sabores, el olor. El beso es el primer sitio donde se deposita el deseo sexual.

las mujeres, según las encuestas, también les gusta ser besadas en el cuello, por ser una zona 'intensamente erótica'.

Los hombres suelen ser más agresivos cuando besan, pero los suaves y constantes besospermanecen en el cuerpo de la mujer como una sensación más duradera que incluso puede enamorarla de forma más rápida. Esto lo dice el investigador de la Universidad de Texas Sheril Kirshenbaum en su libro La ciencia del beso: lo que nuestros labios nos están diciendo.

Las mujeres, explica, normalmente buscan resumir el significado de una relación con un solo beso y esto con frecuencia lleva a la malinterpretación; por otro lado, las mujeres más jóvenes usualmente obtienen menos satisfacción de la que esperaban en un beso; los hombres no se percatan de este hecho.


 











FUENTE: MUY INTERESANTE

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