jueves, 8 de noviembre de 2012

LA NEUROCIENCIA DEL SEX APPEAL: EL FÍSICO



Las características físicas y sexuales en conjunto responsables de la atracción, es conocido como sex appeal: la mirada, el habla, el olor, el timbre de la voz, la piel, etc. Gracias a ésto, las neurociencias afirman que el 'amor a primera vista' sí existe.

Con Eduardo Calixto
Neurofisiólogo



El amor a primera vista:
- Muchas de las condiciones que nos atraen están delimitadas por el aprendizaje social.
- Nuestra cultura, juicio crítico y normas con las que limitamos socialmente nuestro desarrollo comunitario frenan o favorecen algunos eventos en nuestra vida.
- Por ejemplo el patrón de belleza física para algunas culturas puede ser diferente  algunas culturas labios grandes y cuello grande es sinónimo de belleza
- Muchas veces nos gustan personas o cosas de acuerdo a modas geográficas.

Físicamente ¿qué debe tener una mujer ideal para el hombre?
- cintura fina
- cadera curva
- piernas largas y esbeltas.
En el caso de los varones, la mujer evalúa:
- hombros anchos
- pectorales amplios
- abdomen plano o musculoso.

El cerebro evalúa rápidamente estas características, los niveles de dopamina y adrenalina se incrementan en la medida que estos rasgos físicos se tengan en una persona que este cerca de nosotros.

Dos estudios en la UCLA, reconocieron que:
- Los hombres fijan sus ojos en los senos de la mujer, la cadera y la cara.  
- Las mujeres ubican su mirada en el abdomen, cara y cintura de un varón.
- Los senos grandes se asocia a buena salud, estado reproductivo y una pubertad terminada.  

Tenemos marcadores personales de belleza:
- 68% de la población humana busca en la cintura un proceso de salud
- 89% en la cara un sinónimo de belleza.

La neurociencia reconoce que entre mayor sea la recompensa es mayor la atracción, traducido esto en la forma de elegir pareja

Significa que para nuestro cerebro las personas que tienen mayores atractivos físicos y sociales son las que más atraen,

- Obtenerlos es un gran éxito biológico y social, una liberación desmesurada de dopamina en consecuencia fortalecida por la culminación de sentirse dueño(a) del ser admirado y querido.

Nos gustan la simetría de la cara, cuerpos armónicos y adecuadamente desarrollados.

La parte social es un reforzador fundamental: nos atrae el poder adquisitivo de las personas, su manejo cultural de información y su inteligencia.

Trabajos en Austria por Elizabeth Oberzauchen, indican que cierto grupo de mujeres asocian el tipo de personalidad del varón con el tipo de automóvil que manejan.
- Las mujeres son seducidas por del dominio y el poder de sus novios o parejas, el cual se ve reflejado en el tipo de auto que tienen.

Las diferencias
- La mayoría de los hombres priorizan del atractivo físico en el proceso de elección de la pareja.
- La mujer antepone el estatus económico social del varón.
Esto explica en parte, por que algunas mujeres prefieren a hombres feos: sacrifican la característica física por un hombre que tiene otras ventajas: recursos, responsabilidad, solvencia social y económica.

Estudios de la Universidad Estatal de Nueva York demostraron que:
- Un hombre atractivo con un bajo salario puede ser evaluado con una calificación de 4 a 5, en una escala de 0 a 10, en donde 10 es lo mejor.
- Sin embargo, hombres feos, bien vestidos y con un salario ficticio de millones de dólares, fueron evaluados con promedio de 8 a 9.

Los hombres son visuales: el coqueteo exitoso de una mujer es a través de una mirada y movimiento del pelo asociado a una sonrisa, es decir un atractivo corporal.

En el caso de las mujeres, lo biológico subyace al contexto social: el proceso es más complejo, la forma de elegir entre varios competidores es una rápida evaluación física pero pondera más la manifestación verbal de los gustos del varón, tipo de trabajo, grado de estudios y capacidad económica del futuro galán.

El mantenimiento de la relación entre dos personas obedece a cambios neuroquímicos.
- Si bien, el enamoramiento se ha mencionado se debe a un incremento transitorio de 3 años de dopamina, adrenalina, oxitocina y endorfinas.
- La fidelidad también tiene bases hormonales y genéticas.

Los niveles de testosterona son fundamentales para el apetito sexual.
- Esto indica que los varones entre los 17 a los 25 años, son los que en promedio tienen mayor actividad y potencia sexual.
- Después de esta edad, los niveles de la hormona y el deseo sexual caen progresivamente.
- Un derivado de esta hormona, es la que incita a la mujer a incrementar su libido.
- El olor del hombre con dihidrotestosterona es un detonador de deseo.
- Después de los 30 años de edad o 4 años de matrimonio, es normal que el deseo sexual se atenúe o se asocie a monotonía, esto motiva en ambos casos, para él o ella una búsqueda de alternativas o cambios.  
- Si bien el cerebro atenúa casi todos los estímulos corporales, el fenómeno sexual es uno de los más fuertes.
- Se ha demostrado que la dopamina y la testosterona se incrementan en relación a nuevas experiencias, como una nueva pareja o durante las condiciones propicias para relacionarse con alguien que llega a nuestra vida, se motivan emociones y conductas que parecían extinguidas.
- Es decir, otros estímulos pueden motivar nuestra vida sin que sea esto un proceso buscado o por el cuál tengamos que sentirnos culpables.
- Es nuestro cerebro que adapta la novedad y en consecuencia decide tomar o correr riesgos.
- Pero lo más reciente en este campo de la Neurociencia de la infidelidad esta en relación de la hormona vasopresina,  la cual, los varones la tenemos en mayor proporción.

Estudios del Instituto Carolinska, en Estocolmo, proponen que los varones con bajos niveles de expresión de los receptores de vasopresina son infieles, abandonan las relaciones y son promiscuos.
- Un gen relacionado con este receptor, el RS334, el cual hace un receptor anormal
- Estudios muy bien diseñados en metodología y análisis estadístico demostró que este gen es responsable de conductas antisociales de hombres hacia mujeres: maltratadores, infieles y generadores de relaciones interpersonales superficiales.
- Es cierto que la infidelidad también tiene un patrón social de conducta aprendida.
- Altos niveles de testosterona asociados con bajos niveles en los receptores de vasopresina son el ingrediente suficiente para desarrollar también una conducta infiel.






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