viernes, 14 de septiembre de 2012

SUCIDIOS


El número de suicidios en Grecia, Italia pero también en España va en aumento. La desesperación humana se ha puesto en marcha como consecuencia de las políticas económicas que nos imponen.
Las estadísticas españolas no están puestas al día pero expertos en la materia hablan de un aumento del diez por ciento, como mínimo. En Italia se calcula que dos personas al día se suicidan por motivos económicos pero nadie ha alcanzado afortunadamente las cifras griegas que calculan que en los últimos dos años se han suicidado 1.725 personas a causa de la crisis.

El tema es dramático ya que demuestra el grado de desesperación del ser humano. Hasta el presidente italiano se ha pronunciado sobre el tema afirmando “todos los días luchamos para evitar caer en el dramático precipicio de Grecia, con tantos empleos perdidos y suicidios”.

La situación es tan alarmante que  el corresponsal de Radio Nacional Iñaki Díez informaba el pasado 19 de abril sobre la manifestación organizada en Roma, frente al Panteón, de centenares de personas portando velas y denunciando la escalada de suicidios que vive el país.
En un ambiente sobrecogedor, en el anochecer romano, centenares de personas se congregaron en torno al Panteón con una vela en la mano para denunciar las consecuencias dramáticas de la crisis”, afirmaba Iñaki.
En España hemos pasado de 3.421 suicidios en 2008, año del comienzo de la crisis a 4.500 personas en el 2011, aunque nadie se ha atrevido a explicar las razones de ese aumento, pero la realidad es que los comedores sociales de Barcelona llegan a tener una lista de espera de 23 días.

Así como lo oyen. Unos comedores 23 días otros 18 o 15.
El profesor de la Universidad de Cambridge, David Stucler, denuncia en un estudio el aumento del número de suicidios en la Unión Europea, tras una década de descenso. Entre los países más afectados cita a España.
En nuestro país hay más de 11,5 millones de personas en riesgo de  exclusión social, según  un informe de  Cáritas y añade: “En la actualidad, la pobreza en España es más extensa, más intensa y más crónica que nunca”.

El porcentaje de hogares españoles que están por debajo de ese  umbral  es del 22%. Además, uno de cada cinco hogares (el 25%) está en “situación de riesgo”.
Cáritas atendió en el año 2010 a un millón y medio de personas, un 20% más que el año anterior. La organización prevé que habrá un aumento similar en las cifras de este año. También hay que tener en cuenta que a lo largo del año pasado las sentencias de ejecuciones hipotecarias fueron casi cien mil.

Con las nuevas normas del Gobierno, a partir de agosto los inmigrantes sin papeles (nadie sabe cuántos son) no podrán ir al ambulatorio lo que significa que en Navidad ya podremos hablar de focos de pobreza infecciosos (especialmente por tuberculosis). Con esta medida se ahorran el 0´1 % de la partida sanitaria. O sea el chocolate del loro. La consecuencia: urgencias más saturadas y población más desprotegida.

El psiquiatra Luis Caballero informo en el  VII Seminario Lundbeck en 2010 que, en plena crisis, se registró un incremento de casi el 50% de enfermos con respecto a los dos años anteriores.  Y aseguró que las personas que han tratado de quitarse la vida, ascendieron un 22%; un 14% por ansiedad y un 6% por abusar del alcohol y las drogas. Datos del Hospital La Paz de Madrid, afirman que entre junio de 2007 y diciembre de 2009 se registró un incremento de un 50% de enfermos en las urgencias psiquiátricas.

Sin lugar a dudas la causa de que numerosas personas decidan quitarse la vida ante situaciones tan dramáticas está en la depresión económica que vivimos, pero sobre todo ante la falta de expectativas, de una salida.
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008 y Catedrático de la Universidad de Princeton afirma que en España ya no se puede hablar de recesión sino de depresión en toda regla y añade: “La receta que le ofrece Berlín es una austeridad mayor. Esto es descabellado.”
Krugman  es partidario de políticas expansionistas como también lo es el candidato socialista francés Hollande o el SPD alemán o muchas otras voces discrepantes de frau Merkel. Sin inversión no habrá movimiento y por lo tanto empleo. Y el que debe comenzar esas prácticas de inyectar dinero en la economía  es el sector público aunque tenga que endeudarse. ¿Desde cuándo no es posible tener una deuda sostenida y controlada? El Estado no está para hacer negocios pero sí para dar servicios.

Lo que es inaceptable es tener una corrupción y despilfarros descontrolados. Si el Partido Popular hubiese puesto el mismo empeño el recortar derechos como en acabar con la corrupción, otro gallo nos cantaría.
¿Tendremos que esperar a que el Partido Socialdemócrata alemán, SPD, gane las elecciones del año próximo en su país para que la sin razón de “sólo austeridad- nada de inversión” acabe de una vez ?.


Mercè Rivas Torres es periodista y escritora










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