jueves, 6 de septiembre de 2012

«La situación de precariedad laboral aumenta estos síntomas»

Juan Carlos Prados


El síndrome postvacacional no lo experimenta todo el mundo. Sin embargo, sí que hay muchas personas que, en cuanto se acerca la fecha de la vuelta al trabajo, sienten ansiedad, dificultad para concentrarse, aumento de la frecuencia cardíaca, desánimo, tristeza, cansancio, dolores musculares o de cabeza así como trastornos del sueño y del apetito.

Las estadísticas hablan de que este síndrome afecta, por término medio en España, a una de cada dos personas. Las más afectadas por este problema, que en ningún caso es una enfermedad, son aquellas que tienen trabajos estresantes o que están sujetas a cambios de horario o de turnos, según explica el psicólogo Juan Carlos Prados.

Otro tipo de candidatas a sufrir el síndrome postvacacional son aquellas personas que, por determinadas circunstancias, se encuentran insatisfechas con su trabajo dado que su situación personal las predispone ya, de antemano, a sufrir este tipo de síndrome y a temer el retorno al trabajo.

«Hay que tener en cuenta que aquellas personas que ya muestran una insatisfacción previa con su trabajo o bien problemas en sus relaciones de tipo laboral verán incrementada la intensidad de los síntomas típicos de este síndrome». 

CRISIS 

En tiempos de crisis económica, cuesta trabajo creer que haya gente que sufra este síndrome cuando, muchas veces, tener trabajo se convierte en tener fortuna.

Sin embargo, por extraño que parezca desde fuera, la precariedad económica también puede aumentar la sintomatología del síndrome postvacacional, aunque no se tengan vacaciones.

«Estamos hablando de un síndrome relacionado con el cambio de pautas y ritmos de vida, así como de alteraciones en los ciclos de sueño-vigilia, que serían básicamente su causa. La situación actual en cuanto a posible precariedad o incertidumbre de tipo laboral no haría más que, en todo caso, aumentar dichos síntomas más allá de la valoración objetiva que pueda hacerse del retorno al trabajo como algo positivo en tanto existe ese trabajo», apunta el psicólogo. 

SOLUCIONES

Para combatir este tipo de síndrome, Juan Carlos Prados recomienda no limitar las posibles actividades de ocio al periodo vacacional y repartirlas a lo largo del año en la medida de lo posible.

«También podría ser aconsejable repartir las vacaciones a lo largo del año y, en cualquier caso, no identificar vacaciones con solución de problemas o con ausencia de responsabilidades llegando, en muchos casos, a mitificarlas», explica Juan Carlos Prados.

Otro consejo sería, según el psicólogo, volver a la rutina diaria unos días antes para tratar así de acomodar nuestros biorritmos a la nueva situación y engañar, en cierta manera, a la mente sobre la vuelta a la normalidad y al trabajo.

Pese a que el síndrome postvacacional suele repetirse todos los años por estas fechas (para los que cojan vacaciones en agosto), estos síntomas, generalmente, suelen remitir en el plazo de una o dos semanas de forma espontánea, «pudiendo necesitar ayuda profesional si se prolongan más de dos semanas», asegura el psicólogo Juan Carlos Prados.



FUENTE: KIOSKO Y MAS














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