miércoles, 17 de febrero de 2010

La motivación es un cuento serio



Cuentan que un rabino era permanentemente molestado en su tienda por encapuchados del Ku Klux Klan quienes todas las mañanas le gritaban: "Judío! Judío" con mucho encono y desprecio. El rabino, cansado, decidió aplicar una estrategia: Cuando se acercaron los encapuchados, gritó: "¡Ofrezco 10 centavos a quien me llame judío!". Todos los miembros del Klan aceptaron, pues era mucho dinero en esa época. Felices, procedieron a darle el "servicio" de insultarlo.



Al día siguiente, los miembros del Klan fueron a la tienda del rabino, esperando recibir la misma paga. Sin embargo, solo se les ofreció 5 centavos por el "servicio".


Al tercer día, el rabino solo les quiso pagar un centavo. Los encapuchados le dijeron: "De ninguna manera le gritaremos por solo un centavo. ¡Usted está loco! ¡Nuestro tiempo vale más que eso", y se fueron.


El rabino conocía las teorías de la motivación. Los miembros del KKK tenían una motivación interna para molestar al rabino, y posiblemente tenido la energía para fastidiarlo durante mucho tiempo.

Sin embargo el rabino transformó astutamente esa motivación interna en una externa, ofreciendo a los encapuchados dinero por sus "servicios". Luego, al reducir poco a poco la motivación externa, terminó desmotivándolos.

La moraleja me la cuentan ustedes




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