sábado, 2 de enero de 2010

Hacia una mente compasiva



Comprensión, aceptación y perdón: éstas son tres grandes palabras que parecen casi de suyo evidentes. Nadie se vuelve más comprensivo o indulgente porque lee en algún lugar que ésta es una buena forma de ser. Los conceptos abstractos, por loables que sean, tienen escaso efecto sobre la conducta.

Para desarrollar una mente compasiva, usted debe comprometerse a cambiar de forma de pensar. La antigua forma consistía en juzgar y luego rechazar. La nueva forma exige suspender el juicio unos instantes.

Cuando se enfrenta a una situación que usted tradicionalmente evalúa de forma negativa («Ella es estúpida... He vuelto a meter la pata... Él es egoísta... Yo soy incompetente ...»), puede utilizar en su lugar una serie específica de pensamientos que constituyen la respuesta compasiva.

La respuesta compasiva

La respuesta compasiva empieza con tres preguntas que usted siempre debe formularse para facilitar la comprensión de la conducta problemática.

1. ¿Qué necesidad estaba (él, ella, yo) intentando satisfacer con su conducta?

2. ¿Qué creencias o conocimientos influyeron en la conducta?

3. ¿Qué dolor, daño u otros sentimientos influyeron en la conducta?

A continuación vienen tres afirmaciones para recordarse que puede aceptar a una persona sin acusación o valoración, por desgraciadas que puedan haber sido sus elecciones.

4. Desearía que ______ no hubiese sucedido, pero no fue más que un intento de satisfacer (sus, mis) necesidades.

5. Acepto (a él, a ella, a mí) sin valoración o sensación de maldad por ello.

6. Por desafortunada que fue (su, mi) decisión, acepto a la persona que la tomó como alguien que, como todos nosotros, intenta sobrevivir.

Finalmente, dos afirmaciones sugieren que puede mantenerse la hoja en blanco, que es el momento de perdonar y dejar hacer.

7. Se acabó, puedo dejarlo pasar.

8. No me debe (o no me debo) nada por ese error.

Intente memorizar esa secuencia. Comprométase a utilizarla cuando advierta que se está juzgando a sí mismo o a los demás. Revísela, si desea, para que el lenguaje y sugerencias le resulten correctas. Pero asegúrese de mantener el móvil básico de la respuesta compasiva: comprensión, aceptación, perdón.


AUTOESTIMA Evaluación y Mejora Pág 84-85, Aut. Matthew McKay y Patrick Fanning de. Martinez Roca










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