sábado, 28 de noviembre de 2009

Los Capulineros y el Arte.


Las aves pertenecientes a la familia de Ptilogonatidae, los capulineros, llamados tambien pájaros pergoleros, jardineros o glorieta presente en Australia y Nueva Guinea.

Los machos de estos pájaros construyen unas estructuras o pérgolas con el objeto de convertirlas en un escenario al que poder atraer a las hembras para ejecutar allí la representación de sus habilidades y conseguir aparearse con ellas.

Es importante señalar que no se trata de nidos en los que el pájaro vaya a criar a su prole.

Cada una de las especies realiza un tipo de pérgola diferente y característico. Principalmente las hay en forma de avenida o de planta circular, alrededor de una columna central que puede o no sostener una cubierta a modo de “cúpula” constituida por ramitas entretejidas.

Con independencia de lo fascinante de los elementos meramente arquitectónicos, como la presencia de soportes a modo de pilares internos en algunos casos, lo que termina de completar la impresión artística que producen estas construcciones es la curiosa acumulación de objetos que el pájaro agrupa por colores y en función de sus preferencias en el interior y el entorno de su jardín: bayas, flores, alas de mariposas, setas, hojas, piedras, huesos de animales, élitros de escarabajos…

Un par de estas especies llegan incluso llegan a pintar con el pico, en tono negro o verdoso, las paredes de sus pérgolas usando el jugo de bayas aplastadas o sus propios excrementos.

El gusto de ambos géneros está en línea con el estilo de la comunidad de capulineros a la que pertenece, en la que los pájaros han crecido y se han formado, mediante la observación de sus mayores y la experimentación propia.

En dos comunidades distintas de la misma especie se pueden hallar grandes variaciones estilísticas, desde una preferencia obsesiva por los colores brillantes, a un gusto más sobrio que se decanta por los marrones y negros.

Experimentalmente se comprobó que era muy improbable que las diferencias fueran debidas a la genética o al entorno. Debido a ello y trazando un paralelismo con el caso de los primates se podría hablar de cultura en los mismos términos para estos pájaros, con el añadido de que en este caso el comportamiento analizado parece poseer connotaciones estéticas por las cuales un macho artista configura una construcción que habrá de ser juzgada en términos parecidos por una hembra crítico.


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