martes, 25 de noviembre de 2008

El alma está en el cerebro


Eduard Punset

 A primera vista, parece bastante fácil distinguir qué es y donde está el alma. Los seres humanos tenemos imaginación, emociones y memoria: estas eran las tres facultades del alma, según el pensamiento antiguo.

Pero..¿donde está el alma? ¿donde se cobija? Algunos filósofos y teólogos de la antiguedad pensaban que el alma estaba en el corazón, y otros, entre ellos los primeros científicos, opinaban que el alma residía en el cerebro. Así que, al parecer, el alma se hizo carne.
Nuestra mente es lo que somos. Recuerdos, emociones y experiencias se acumulan en el cerebro fijándose en al uniones electroquímicas entre los millones de neuronas que contiene. Alma o psique cabe en el poco más de kilo y medio de tejido cerebral, el mismo que el filósofo Henry More describía como "esa deestructurada, gelatinosa e inútil substancia. Casi todos sus colegas pensaban como él. Y no era raro.
En la Inglaterra de mediados del siglo XVII, el alma es un principio inmortal e inmaterial que piensa, siente y rige el cuerpo; el cerebro, por el contrario, parecía una glándula de aspecto desagradable, y de irritante inutilidad. en ese momento histórico, alguien acuña la palabra "neurología". Thomas Willis (1621-1675), junto a un grupo de sabios, inauguró una nueva era: la "era neurocéntrica" en la que nos encontramos hoy, donde cerebro y mente son dos conceptos inseparables.
Willis estudió don detalle la estructura cerebral y propuso una nueva concepción de la mente: para él, pensamientos y emociones eran tormentas de átomos en el cerebro. De alguna manera, abrió el camino  teórico que habría de llevar al descubrimiento de los neurotransmisores varios siglos después. Si Descartes estaba equivocado, si no había espíritu y todo era materia, los males del alma serían necesariamente físicos. Willis propuso entonces que los trastornos mentales, como la depresión, se podían curar con sustancias químicas y preparados farmacéuticos capaces de restablecer el equilibrio del fluido nervioso. Hoy forman parte de nuestra cultura los farmacos contra la ansiedad o la depresión, la timidez o la hiperactividad.
El fue el primero que advirtió que el alma es carne que está en el cerebro. Y en cierto modo, se refería al hecho de que el alma se transforma en carne en el cerebro. Willis afirmaba que la memoria, la capacidad de aprendizaje y las emociones eran en realidad producto de los "átomos" del cerebro, de la química. Hubo grandes persecuciones contra filósofos, teólogos y científicos qiue profesaban ideas parecidas a las de Willis. Descartes, por ejemplo, sufrió el acoso de la iglesia, y Thomas Hobbes fue preseguido por los obispos de Inglaterra cuando declaró que la mente no era más que materia en movimiento. El caso de Thomas es distinto, porque el tuvo la precaución de dejar espacio a la noción cristiana del alma. El mismo era un cirstiano tremendamente devoto y no cuestionaba los conceptos básicos del cristianismo. El decía que había alguna especie de espíritu que iba desde el cerebro hasta los pies y una información en el cerebro que pasa de padres a hijos, que es lo que se llamaría información genética.
Otra idea pionera de Willis ataé a la posibilidad de curar mediante procesos químicos. El estaba plenamente convencido de que los fármacos y las manipulaciones físicas podían curar todas las enfermedades. Avanzó en lo que sería en el futuro la neurofarmacología.  Fue el primero en abordar las enfermedades mentales desde una perspectiva farmacológica. Para él, los trastornos del cerebro se podían corregir manipulando los "átomos" que lo componen.
Durante 300 años, la psicofarmacia fue más un sueño que una realidad. Con Sigmund Freud se impuso el psicoanálisis y se abandonó el uso de fármacos para tratar las enfermedades mentales. El resurgimiento de las drogas se produce después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se empieza a usar la torazina y otros componentes químicos para mejorar determinadas dolencias. Los neurocientíficos descubrieron que estas drogas podían modificar la concentración de dopamina y de otros neurotransmisores. De pronto, pareció que sólo era cuestión de ajustar  los nieveles químicos, tal y como Willis había predicho.
La fluoxetina, más conocida con el nombre comercial de Prozac, se utiliza actualmente para tratar la depresión y el trastorno obsesivo compulsivo. Actua sobre el sistena nervioso central; concretamente sobre los niveles da serotonina. Se cree que la depresión está relacionada con un desequilibrio en los niveles de este neurotransmisor, de modo que un bajo nivel de serotonina entre las neuronas provoca la depresión. La fluoxetina evita que las células capten serotonina, de modo que la cantidad de neurotransmiso entre las neuronas sea mayor. 
Willis se había hecho rico con sus tratamientos, pero probablemente  no daría crédito a las cifras que estas moléculas movilizan hoy en día. Sólo los antidepresivos mueven más de doce mil millones de dólares en Estados Unidos.
Actualmente existen drogas para una gran cantidad de trastornos mentales. El modafinil mejor la memoria y levanta el ánimo; la ritalina suele utilizarse en niños con déficit de atención e hiperactividad. Hay drogas para dormir y drogas para mantenerse despierto.
En su búsqueda del alma, Descartes imaginó una estructura que lllamaba "la red extensa" (la materia) y, paralelamente, una organización que podría denominarse conciencia, alma o pensamiento. Estudió como la materia interactuaba con el alma y como el alma interactuaba con la materia. El lugar donde se producía esa interconexión según el, era la glandula pineal. Al igual que Willis y otros anatomistas y científicos, centraron el alma en carne o en el cuerpo.
En el siglo XVII, como señala Alvaro Martínez, historiador de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Barcelona, los anatomistas realizaban disecciones y uno de los territorios que intentaban describir era precisamente el cerebro y todo el sistema nervioso. Su estudio fue revelando que existen unas configuraciones cerebrales concretas que sirven para determinadas acciones, y se van radicando o localizando los actos voluntarios en un lugar, las sensibilidades en otro...En definitiva, se van localizando y ubicando cada una de las facultades del cerebro, antes llamadas "facultades del alma".
En la actualidad se trata de localizar áreas cerebrales con muchísima exactitud, utilizando fundamentalmente métodos de estimulación eléctrica -y, en algunos casos, magnética para identificar áreas cerebrales. No todos los pacientes tienen las mismas áreas exactamente en las mismas regiones. Puede haber una variabilidad de medio centímetro o un centímetro en la localización de un área y es precisamente esta variabilidad la que se pretende conocer mediante las técnicas modernas: se trata de confeccionar un mapa cerebral. Mediante "mantas de electrodos" situadas sobre el cerebro de un paciente, y estimulando distintas zonas, se puede confeccionar un mapa cerebral, puesto que las respuestas químicas se registran en una unidad de video. Una vez que se confecciona el mapa del cerebro, los médicos y cirujanos pueden actuar sin dañar zonas que no tienen relación con su enfermedad y que deben quedar preservadas de cualquier intervención.
El alma está en las neuronas, el cerebro es física y química, pero las consecuencias de esos proceso físico-químicos son las ideas, y una idea recurrente entre los seres humanos es preguntarse si se mantiene algo despues de la muerte, Los hombres y las mujeres están dispuestos a admitir el carácter inevitable de la muerte, y no les importa en exceso que sus átomos se desconecten, pero a duras penas pueden entender que todo concluya ahí: ¿la idea del yo es tambien cerebral? ¿Es tambien material químico? ¿la idea del yo puede desaparecer del cerebro?
Carl Zimmer admite que "cuando observamos a alguien que padece la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de daño cerebral, realmente puede verse cómo el yo de esa persona desparace: se destruye paulatinamente a medida que el cerebro se va destruyendo. Observando ese proceso, uno puede forjarse la ilusión de una muerte súbita y pensar que el alma o el yo se vaya a otro lugar, como a través de una puerta. Cuando se observa a alguien que tiene Alzheimer, lo que se aprecia es que el yo, simplemente, se desintegra". Lo que tambien puede apreciarse cuando se observan este tipo de dolencas es que el yo cambia ¿es que puede cambiar el alma? Una persona puede transformarse completamente si sufre una demencia. De hecho, pueden estudiarse los cerebros de estas personas y se puede observar que se han producido cambios físicos en el cerebro que, a su vez, cambian a la persona" confirma Zimmer.
Pero todavía quedan muchas cosas por entender. Como sugirío Einstein, la conciencia y el cerebro siguen siendo el gran misterio de la Humanidad."

EL ALMA ESTA EN EL CEREBRO, de Eduardo Punset, biblioteca redes:

 Gentileza de Loly Rivas














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