miércoles, 9 de enero de 2008

DEPRESIÓN

La depresión, a pesar de una menor incidencia que los trastornos de ansiedad, su concurrencia con otros problemas clínicos, ansiedad, trastornos psicosomáticos, adicciones, etc… hace que esté presente en muchos pacientes.

Quejas características de estos pacientes:

1) El estado de ánimo depresivo
2) La perdida de interés por las cosas
3) Las alteraciones en el sueño
4) O en el comportamiento alimentario

Puede señalarse, en general, que el comportamiento depresivo se origina como consecuencia de la incapacidad para resolver, de un modo adecuado un problema o problemas.

La persistencia del problema, la inexistencia de estrategias efectivas para abordarlo, puede llevar a la persona a una situación de pasividad, de entrega, de renuncia, en suma al padecimiento de un trastorno depresivo.

Además de lo frecuente y próximo a todos que está o puede estar la depresión otra característica de esta es la dificultad en combatirla.

El tratamiento de los trastornos depresivos es difícil y complejo, desde todos los acercamientos, y su eficacia se ve con frecuencia ensombrecida por la presencia de recaídas.


DEFINICIÓN

La característica fundamental sintomática, de acuerdo al DSM-IV, de los trastornos depresivos viene determinada por el denominado episodio depresivo mayor.

Los síntomas recogidos son:

1. Estado de ánimo depresivo (en niños y adolescentes irritabilidad).
2. Disminución por el placer.
3. Pérdida de peso y / o cambios en el apetito (pérdida o aumento).
4. Insomnia o hipersomnia.
5. Agitación o enlentecimiento psicomotor.
6. Fatiga o pérdida de energía.
7. Sentimientos de inutilidad o de culpa.
8. Dificultad para pensar, concentrarse y tomar decisiones.
9. Pensamientos recurrentes de muerte.

DSM-IV

Existe una concurrencia de alteraciones de carácter:

1. Comportamental, en general por una reducción de la actividad, del nivel de respuesta.
2. Cognitivo, en lo que respecta a la disminución de la capacidad de procesamiento, a la forma de analizar la realidad, a la percepción de sí mismo y de su entorno.
3. Emocional-fisiológico en, atención a la percepción de inutilidad, desesperanza, y de alteraciones de funciones tan básicas como el sueño, la alimentación, la actividad sexual o una reducción general de la reactividad fisiológica normal, ante situaciones que en condiciones normales, provocarían una determinada reacción.

Queda claro, por tanto, que los trastornos depresivos afecta de un modo global a la persona, produciendo cambios que alcanzan a todas las áreas de su comportamiento.


MODELOS EXPLICATIVOS

El punto central sobre el que descansa la conceptualización de la depresión es el grado de satisfacción-insatisfacción de la persona en relación con sus distintas actividades y planes de actividad.

Una persona con un balance positivo en función de la satisfacción de sus ámbitos de actividad, es alguien que se siente bien emocionalmente, que tiene un nivel adecuado de autoestima y competencia, y que tiene también, un razonable nivel de actividad en el sentido más amplio del término (física, social, etc..).

Por el contrario, una predominancia de la insatisfacción, puede llevar a una reducción de la actividad, una baja autoestima, y a cambios emocionales y fisiológicos negativos, en consonancia con esta situación general.

Han de tenerse en cuenta la cantidad y cualidad de los estímulos positivos que recibe la persona, la capacidad de éstos para reforzar sus respuestas (produciendo un aumento en su nivel de actividad) y su competencia para mediante un comportamiento (respuestas), acceder a esos estímulos positivos.

Sin embargo, como es conocido, la cualidad de positivo de un determinado estimulo descansa de manera determinante, en la percepción de éste por la persona en atención a las características propias de ésta.

Estas variables personales, que vienen delimitadas por la experiencia propia, la historia personal, las ideas, las creencias, las estrategias que habitualmente utiliza para resolver los problemas, etc., forman parte igualmente importante de los elementos a analizar, dentro del análisis comportamental y funcional del problema.

Enfoque comportamental de Lewinsohn

Lewinsohn, a mediados de los 70, recoge los aspectos más estrictamente conductuales relativos a la depresión, señalando que ésta tiene su origen en una baja frecuencia de refuerzos.

El punto de referencia básico se sitúa, como se ha señalado, en la existencia y papel funcional de los estímulos reforzadores positivos.

Esto pone en evidencia:

1. La importancia de la disponibilidad de reforzadores (ambiente).
2. Las respuestas de las personas (actividad, habilidades sociales, etc… ).
3. Así como de la interpretación y valoración que ésta hace del reforzamiento positivo, por lo que consideran también los aspectos cognitivos implicados en el proceso de aprendizaje.

Desde un punto de vista funcional Lewinsohn tuvo en cuenta tres hipótesis:

a) Una relación causal entre baja tasa de refuerzo y la disforia.
b) El mantenimiento de conductas depresivas por refuerzo social.
c) Habilidades Sociales como principal determinante de la baja tasa de reforzamiento.

Enfoque de auto-control de Rehm

Rehm formuló, desarrolló y optimizó un modelo de depresión basado en la importancia de la auto-evaluación, auto-observación y autorrefuerzo como principales agentes causales de la depresión.

Se centra en la valoración del propio comportamiento y la capacidad de la persona para ser su propia fuente de refuerzo.

El modelo explica, en función de la auto-evaluación y autorrefuerzo, el nivel de actividad de la persona así como los cambios emocionales y cognitivos.

Además, caracteriza a los pacientes depresivos como personas que atienden más a la información negativa, a las evaluaciones negativas y son menos conscientes de las consecuencias positivas.

Enfoque de indefensión aprendida

Parte de la teoría de la indefensión aprendida de Seligman que permite integrar el constructo de atribución.

Así, las personas que ante sucesos negativos tienen atribuciones internas, globales y estables se supone que tienen una mayor probabilidad de padecer depresión.

La desesperanza, como estilo atributivo, en interacción con el manejo de determinados sucesos negativos, llevaría a la depresión.

El enfoque cognitivo de Beck

El enfoque cognitivo de la depresión de Beck gravita en torno a la denominada tríada cognitiva:

Las personas con tendencia a la depresión tienen esquemas y estructuras cognitivas que posibilitan una visión negativa de sí mismas, en su relación al mundo y con el futuro. Esta forma peculiar y distorsionada de percibir la realidad determina los cambios comportamentales y emocionales característicos de la depresión.

Los esquemas delimitan, por tanto, una característica personal, asituacional y en, gran medida responsable de cómo la persona percibe la realidad concreta.

Los esquemas son representaciones de experiencias pasadas, guardadas en la memoria y que operan como filtros en el análisis de la información recibida en la actualidad.

Enfoque basado en las emociones, la memoria y el procesamiento de la información. De este punto de vista se trata de resaltar el papel que la percepción de emociones negativas tiene en la génesis, mantenimiento y predicción de la ocurrencia de la depresión.

De acuerdo a la teoría de Bower que relaciona el estado de ánimo y la memoria, cuando una memoria está bajo un concreto estado emocional, en ese momento resulta fácil recordar sucesos previamente asociados en el pasado con esa emoción o estado de ánimo.

De este modo los constructos implicados en la génesis de este estado emocional negativo (interpretando sucesos concretos), pueden ser reactivados, siendo accesibles y estando disponibles para reinterpretar la realidad en esos términos. Esto, naturalmente supone una amplificación de los estados emocionales negativos, así como de la operatividad de los esquemas implicados en su génesis.

Una mayor disponibilidad de recuerdos o memorias relacionadas con los estados emocionales negativos supondría perpetuar y amplificar éstos y un riesgo permanente de recaída, en el caso de pacientes depresivos.


MANUAL DE TERAPIA DE CONDUCTA, VOL I, 471-476 / MIGUEL ANGEL VALLEJO PAREJA / EDIT. DYKINSON









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